Venga, no te vamos a engañar. El titular busca llamar tu atención y que todos los amantes (que son muchos) del estilo con la guitarra de Mark Knopfler entren en el artículo enfadados para saber el porqué del mismo.
Te anticipo que soy de esos amantes de estilo knopfleriano.
Sí y no. Como sabes, el músico escocés se caracteriza por no utilizar púa con la guitarra. Su peculiar estilo se basa en el llamado “finger-picking”. Se podría decir que con ésta técnica es un guitarrista rápido, pero si lo comparamos con los trepidantes punteos de Steve Vai o cualquier guitarra de metal progresivo, si podríamos decir que es lento.
¿Eso importa? En absoluto. La música no es una carrera contrarreloj ni un ejercicio muscular. La música es arte y sentimientos. Yo siempre he dicho que me ha puesto los pelos de punta una nota a tiempo, en su lugar, con su dinámica, y con sus matices, mucho más que 300 notas en un minuto. El exceso de virtuosismo, tras unos primeros minutos de expectación, me acaba aburriendo. No me transmite.
Sí y no. Si metemos en una cocktelera toda la tradición folk escocesa y norteamericana, Bob Dylan, todo el rockabilly, J.J. Cale, Clapton, y alguna cosita más, la resultante se aproximará bastante a lo que significa Knopfler como músico.
Pero claro, aquí nadie ha inventado nada desde hace ya mucho. Así de claro. Y Marky ha sabido matizar todas esas influencias para dotar a sus canciones de personalidad propia. Eso es innegable.
Sí y no. Mark Knopfler, al igual que cualquier artista con un estilo distintivo, puede ser percibido como repetitivo. Es cierto que hay elementos recurrentes en su técnica de guitarra, como su característico vibrato y su enfoque en melodías líricas más que en pura velocidad. Sin embargo, esta “repetición” no es un defecto, sino más bien una firma, una marca de su identidad musical.
La repetición en la música, especialmente en la de un guitarrista como Knopfler, no debe confundirse con la falta de innovación. De hecho, es un reflejo de su compromiso con un sonido que es auténticamente suyo. En cada canción, Knopfler explora distintos matices y emociones, aunque siempre dentro de su universo sonoro característico. Esto es lo que hace que su música sea inmediatamente reconocible y apreciada por sus seguidores.
Más allá de la técnica, lo que verdaderamente distingue a Knopfler es su capacidad para transmitir emociones a través de su guitarra. Cada nota, cada pausa y cada acorde parecen contar una historia. En este aspecto, Knopfler es un maestro. Su habilidad para evocar imágenes y sentimientos es lo que lo hace tan especial.
En definitiva, más que preguntarnos si Mark Knopfler es rápido, innovador o repetitivo, deberíamos celebrar su habilidad para emocionarnos. Su música trasciende las etiquetas y los juicios técnicos. En un mundo donde la velocidad y la perfección técnica a menudo se valoran por encima de todo, Knopfler nos recuerda que la música, en su esencia más pura, es una expresión del alma.
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