El sector automovilístico está viviendo unos años de cambio radical. La llegada e implantación de los coches eléctricos y la prohibición parcial del uso de vehículos con motores de combustión en muchas ciudades europeas está cambiando las tendencias de compra de los consumidores.
Hace solo unos años, los consumidores que necesitaban cambiar de coche no dudaban hacerse con un vehículo nuevo para mantenerlo en funcionamiento durante años, pero ahora, invertir en un coche nuevo con motor de combustión puede ser un riesgo enorme pues, en poco tiempo, podríamos encontrarnos ante una nueva prohibición que nos impida circular con él.
Ante este nuevo panorama, son cada más los consumidores que han optado por una decisión distinta: la compraventa de coches de segunda mano.
En teoría, comprar un coche de segunda mano permite ahorrar y reducir el impacto económico en nuestro presupuesto familiar pero, ¿es tan buena idea como parece?
Seamos claros: el principal motivo para optar por un coche de segunda mano es el ahorro frente a la adquisición de un coche nuevo.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que comprar un coche de segunda mano puede suponer un ahorro económico de más del 60% del precio respecto al mismo modelo sin usar.
Los vehículos se deprecian muy rápido, y lo hacen desde el mismo momento en el que salen del concesionario, por lo que es muy sencillo encontrarnos con vehículos usados que se encuentran en perfecto estado pero que, al no ser completamente nuevos, nos permiten ahorrar en su compra.
Si, además, nos encontramos ante un coche que tiene ciertos defectos estéticos como abolladuras o arañazos, el precio puede reducirse hasta un 15% más.
Sin embargo, antes de adquirir un coche de segunda mano, debemos comprobar que todas las piezas se encuentran en buen estado. Un coche es la herramienta de transporte de toda la familia, y un pequeño fallo puede provocar un accidente del que nos estemos acordando toda la vida. Sí, merece la pena comprobar bien el estado del vehículo antes de comprarlo.
Si vamos a comprar el coche a un particular, recomendamos acudir a la cita con un mecánico de confianza que pueda revisar las piezas clave antes de comprarlo. De esta manera evitaremos sorpresas y gastos desagradables poco después de empezar a usarlo.
Si lo compramos en un desguace contamos con la confianza de que todas las piezas han sido revisadas por un mecánico antes de su venta y, además, disponemos de un año de garantía en caso de que surja algún problema.
Hay veces que el motivo del cambio de coche viene derivado de un accidente con nuestro vehículo anterior. En ese caso, debes tener en cuenta que algunos desguaces cuentan con servicio de compra de coches siniestrados por el que podemos sacar una pequeña cantidad económica – siempre son cantidades bajas – a cambio de quedarse con los restos del coche para aprovechar las piezas que sigan en buen estado.
Te recomendamos que negocies con el desguace para intentar sacar todo el dinero posible, pero como te decimos, es muy difícil conseguir una cantidad de dinero media o alta.
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